Lunes microscópico: Aclarando conceptos de "cruelty free, vegano y natural"



¡Buenas tardes a todos y todas las amantes del maquillaje y cosmética!

Para empezar bien la semana, quiero hablar sobre un tema que a mí personalmente me parece muy importante saber, conocer y aclarar. Como podéis leer en el título, quiero hablar sobre algunos conceptos que están muy en auge actualmente en este mundo de la belleza.

A mí me tomó un tiempo entender completamente la diferencia entre los términos libre de crueldad y vegano. Espero que este post aclare las principales diferencias entre los dos términos, y otros términos relacionados, y espero también que ayude a tomar decisiones correctas que sean adecuadas para cada uno y una.

Concretar que, esta entrada de blog será continuada el lunes que viene con más especificaciones sobre el tema, puesto que hay mucho contenido para comentar y no quiero extenderme más de lo necesario. Por lo que no te alarmes si ves que hay partes que no explico muy en profundidad; seguramente hablaré de ello más adelante, otros lunes.


Para mí el conocer estas terminologías es un imprescindible y un básico a la hora de comprar maquillaje y productos de belleza en general, por la ética, los valores y los principios que existen detrás de las empresas y las maneras que éstas tienen de producir.

Las empresas cosméticas, en ocasiones consiguen mentir al consumidor o pasar una barrera gracias a la desinformación y el desconocimiento de la terminología que emplean para definir sus productos.

Como ejemplo quiero poner a Garnier, una marca que tiene su línea de cuidado capilar llamada Fructis, y que no hace demasiado, sacó una gama de productos capilares denominados cruelty free, veganos y naturales. ¿Esto convierte a la marca en una marca respetuosa con los derechos de los animales y que está en contra del testado de animales? Claramente no.

Se trata de una estrategia de marketing, y al igual que otras muchas empresas, Garnier ha decidido llevar a cabo esta estrategia, no por sus valores o filosofía, sino por la gran demanda de productos de este tipo que cada vez más consumidores piden; y es que, es una realidad que la sociedad está cambiando y está concienciándose de la importancia de lo que consume, de lo que compra, de a dónde va su dinero y cómo lo gestionan las empresas. Por tanto, Garnier solamente se mueve en lo que es tendencia, sin importarle demasiado la realidad de lo que significa el testado de animales, entre otras cosas.

En el ejemplo de Garnier, se hace ver lo respetuosa que es como empresa, pero no dice nada en sus anuncios sobre los negocios que mantiene con países como China (más adelante hablaré de ello) o muchos otros productos de otras gamas y líneas que pueden haber sido testados en animales, o bien contener ingredientes de origen animal y por tanto contribuir a su explotación.

Por tanto también creo conveniente diferenciar que no es lo mismo que un producto cumpla unas premisas a que una marca en sí lo haga; la filosofía que una empresa defiende es al final lo que importa, ya que el dinero que vas a gastar, acabará en esa empresa, y por tanto, ¿de qué te sirve comprar un champú vegano de una marca que tiene otros cientos de productos contrario a esa ideología, que no le importa explotar y abusar de los animales con tal de obtener beneficio propio?

Una vez habiendo introducido el post, y mi claro posicionamiento ante el tema, es hora de hablar de manera objetiva y con una base científica.

Hoy en día existen numerosos tipos de cosméticos y productos de maquillaje según su proceso de fabricación y sus ingredientes, por lo que es muy interesante aprender a diferenciarlos y tener un poco más de conocimiento de lo que estamos comprando.

En primer lugar, definir los conceptos:


CRUELTY FREE



La cosmética y el maquillaje cruelty free, como su propio nombre indica (libre de crueldad), está basada en el principio de que ningún animal debe ser torturado a lo largo de todo el proceso de fabricación del producto, ni se hacen pruebas con ellos. 

Hoy en día compramos muchísimos productos sin caer en lo que hay detrás de su creación, y creo que deberíamos reflexionar sobre el tema y concienciarnos más sobre a quién estamos comprando, y cómo se realiza el producto adquirido.

Y es que testar en animales no es simplemente echarle un poco de perfume por encima al animal para comprobar si produce alergias o irritaciones. Hablamos de envenenamiento, torturas, y además, el 70% de estos experimentos se practican sin anestesia. 

Está comprobado que hay marcas que obligan a animales como conejos, cobayas o perros, inhalar las lacas de pelo hasta llegar al coma, solo para probarlas. Y como esto, muchos más casos.

En cuanto a la legislación de esta práctica, en la Unión Europea, y a partir de la directiva 2003/15/CE, que entró en vigor en dos fases, la primera en 2009 y la segunda en 2013, se prohíbe testar en animales y comercializar productos testados en animales, es decir, que desde 2013 la cosmética que encontramos a la venta dentro de la Unión Europea implica que es cruelty free de obligado cumplimiento.

Otra cosa son los productos que compremos fuera de la Unión, puesto que la legislación es distinta y se pueden dar casos de productos formulados con ingredientes veganos, pero sí testados en animales. 



VEGANO

La cosmética vegana sigue una filosofía similar a la cruelty free: productos los cuales en ningún momento de su fabricación han utilizado animales como método de pruebas. Pero van más allá, apuestan por productos de belleza elaborados exclusivamente con productos vegetales.

Sin embargo, en la práctica la cosa cambia, pues hay productos que accidentalmente son veganos, es decir, su composición es vegana, pero no siguen una filosofía vegana y no se descarta que puedan testar sus productos en animales. Por eso es conveniente siempre verificar la filosofía y las condiciones de la marca, y no solo hacer caso a la composición de un producto. 

Por tanto, un cosmético vegano es aquel que no incluye componentes de origen animal, derivados o elaborados por animales en su composición. Sin embargo, un producto vegano no tiene por qué ser natural o cruelty free, como he mencionado en el párrafo anterior. Como término, también se aplica a componentes de origen químico o sintético, tales como siliconas o derivados del petróleo. 

De todas maneras, en un siguiente post de lunes microscópico hablaré más en profundidad sobre la cosmética vegana, pues es un tema bastante extenso, y ahora simplemente quiero explicar las diferencias de terminologías.



NATURAL

Este concepto es importante explicarlo, puesto que se utiliza de manera errónea en muchas ocasiones, o se cree que incluye otros conceptos, creyendo que son equivalentes a "natural", cuando no es así. 

El término natural se relaciona mucho con el término explicado anteriormente, pero en realidad poco tiene que ver. Mientras que un producto vegano no garantiza que todos sus ingredientes sean naturales, y en cambio no hay ninguno de origen animal, un producto natural incluye un elevado porcentaje de ingredientes no-químicos (extracto de plantas, minerales, aceites esenciales...) y un mínimo de químicos, normalmente conservantes.

En los cosméticos naturales se permite que un 5% de los ingredientes sean sintéticos, y además, la cosmética natural sí permite productos de origen animal, como pueden ser la cera de abeja, la lanonina o el ácido hialurónico, por otra parte, habituales en este tipo de cosmética. Ingredientes que un producto vegano no acepta bajo ningún concepto por su origen. 

Por otro lado, a diferencia de lo que muchas personas creen, natural no equivale a ecológico, pues para ello, esos ingredientes tendrían que provenir de un cultivo que cumpla con ciertos estándares rigurosos concretos. Es decir, natural hace referencia solamente al tipo de ingredientes, y no a su procedencia u origen, ni como han sido extraídos o producidos o en qué condiciones. 


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Por tanto, una vez diferenciado estos términos, veamos la relación entre cada uno de ellos. Es diferente que un producto en concreto sea cruelty free, vegano y natural, a que una marca entera lo sea.

También se puede dar el caso de que una marca en concreto se defina como cruelty-free, y que tenga una lista de productos que sean veganos, pero otros tantos que no lo sean. Así como naturales. 

Lo ideal de la filosofía vegana es que un producto vegano al 100% sea cruelty free en todos sus procesos, sin embargo, como he mencionado anteriormente, en la práctica no ocurre siempre eso, y por tanto es necesario saber que no tenemos que fiarnos siempre de que en la palabra vegano vaya implícito el término libre de crueldad.

En términos generales, y para resumir un poco el tema, expongo tres situaciones de condición de producto en los que se combinan los términos cruelty free y vegano.


LIBRE DE CRUELDAD Y VEGANO

Un producto puede ser cruelty free y vegano al mismo tiempo, y eso significa que el producto no se ha probado en animales y tampoco contiene ningún ingrediente y subproducto animal. 

De alguna manera, esta situación o requisito es lo que muchas personas concienciadas con el tema buscan o buscamos; es una demanda que cada vez está creciendo más y está siendo muy popular en las tendencias comerciales de los últimos años. 

En mi opinión creo que es una forma de consumo responsable y ética, pero es cierto que a veces un producto aunque no sea vegano y contenga ingredientes de origen animal, no tiene por qué haber sido gracias a la explotación de los animales, sino que de alguna manera sostenible y ecológica haya sido producido dicho ingrediente, y por tanto, sigue pareciéndome algo ético. El problema es que nunca sabemos hasta qué punto es así, y por tanto la mejor alternativa es eliminar los ingredientes de origen animal para evitar dicha controversia y dilema moral.




LIBRE DE CRUELDAD, NO VEGANO



Existe otro caso en el que un producto o una marca se denomina cruelty free, y sin embargo no es vegano. Es algo que a estas alturas ya debería estar claro por lo explicado en los términos del principio del post, pero aún así haré un repaso sobre ello.

Un producto cruelty free, así como una marca, no testa en animales y está en contra del testado, siempre y cuando no cedan ante ninguna ley de ningún país, pues eso retiraría esa situación de empresa. (Hablaré de esto en otra entrada). 

Un producto cruelty free pero que no es vegano, implica que contiene ingredientes de origen animal. Eso significa que aunque el producto en sí no haya sido testado en animales, no excluye el método de obtención de ingredientes mediante animales, como puede ser cera de abeja, proteína de leche, colorante de carmín, y otros componentes que explicaré más adelante para entender mejor la controversia de este tema. 

Esto ya es cosa de cada uno y de cada una, el grado de tolerancia e implicación que uno y una se imponga a sí mismo en cuanto a qué consumir y qué no. 



VEGANO, NO LIBRE DE CRUELDAD

Esta tercera situación se da cuando un producto no contiene ingredientes de origen animal, es decir, se cataloga como producto vegano.

Sin embargo, haciendo referencia a lo mencionado durante todo el post, no es lo mismo que algo sea vegano, a que la propia marca o fabricante lleve una filosofía vegana y le parezca importante el cuidar de los animales y no utilizarlos para beneficios humanos, tal como ocurre mucho en la cosmética. 

En este caso, sería un producto vegano que no defiende la política libre de crueldad, puesto que ha sido testado en animales, por las razones que sean, bien porque así quiere la empresa o porque una ley de algún país en específico le obligue a ello. 

Creo que esta es la situación más precaria y que más confunde a los consumidores, porque en muchas ocasiones se vende algo como vegano y ya se presupone que es cruelty free, y sí, debería ser así teóricamente, pero por desgracia no ocurre así en muchas ocasiones. 

Un ejemplo muy conocido es el de las pastas dentales convencionales, que en la actualidad la mayoría de ellas utilizan glicerina de origen vegetal en lugar de animal, como las grasas animales, y por lo tanto, son productos aptos para veganos. Sin embargo, el producto o los propios ingredientes pueden haber sido probado en animales, y por tanto, está infringiendo la política del cruelty free


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Quiero dejar claro en este último apartado de la entrada que es un tema que para mí es muy importante y por tanto seguiré hablando sobre ello más adelante, y espero no ofender a nadie con esto. Aunque si lo hago, en realidad no me importa demasiado, ya que es mi blog y solo expongo una humilde opinión. Me gustaría crear un debate amistoso y que si alguien quiere hablar sobre el tema, lo haga sin miedo, ya que me gusta escuchar opiniones al respecto.

Mi colección de maquillaje actual se compone por maquillaje de marcas cruelty free, pero tengo productos que aún no he gastado de marcas que no lo son. Eso se debe a que cuando empecé a exigirme ese requisito en el ámbito de belleza, ya tenía esos productos, y hay gente que una vez cambia de ideología, se deshace de esos productos. Sin embargo yo lo veo de otra manera.

El dinero que has gastado, gastado está. Ya has contribuido a que la empresa obtenga beneficios, y por tanto, de nada te sirve tirar un producto que ya has adquirido. Por eso yo sigo uilizándolos hasta que se me acaben, y una vez terminados, lo repongo de artículos que defiendan mis ideales.

En cuanto al tema de vegano y natural, ahí soy bastante más flexible. Me gustaría que todo mi maquillaje se componiera de productos naturales y al mismo tiempo veganos, pero es algo muy difícil de conseguir y de momento con eso no soy tan estricta. Creo que es un cambio demasiado radical para lo que significa el maquillaje para mí.

No quiero sufrir estando buscando productos y centrándome en los ingredientes. Claro que es importante y lo valoro. Pero soy muy joven y el maquillaje y cuidado de piel es para mi una forma de escapar del mundo, una manera artística de divertirme y sacar a la luz mi creatividad, diversión... No quiero convertirlo en una obligación o que me haga sentir mal por consumir esto o aquello. Creo que está muy bien concienciarse y ojalá que en un futuro las firmas aprendan la importancia de esto y de las composiciones de los productos. 

Y creo que después de esto, puedo dar por finalizada la entrada del blog. Espero de verdad que os guste y que entendáis que cada persona tiene su opinión, yo solo hablo de la mía y de mi experiencia.

¡Mañana más y mejor!




Comentarios

  1. Me encantan los productos de belleza veganos o cruelty free, desde que salieron al mercado no he parado de usarlos y sentirme bien sin tener en la cabeza que fueron probados en conejitos indefensos u en otro animal pequeño, para que los demás entiendan que es ser vegano y no sólo en la alimentación sino en maquillaje y ropa.

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